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4 preguntas clave para avanzar en tu proyecto

Cuando pensás o diseñás un proyecto, meta u objetivo, hay 4 preguntas clave que te permiten echar claridad y, así, estar más cerca de concretarlo. ¿Las descubrimos junt@s?

Cuando tenemos un objetivo o proyecto, aunque sea la meta de nuestros sueños, a veces no sabemos exactamente por dónde comenzar o qué tener en cuenta para diseñar el trayecto a seguir para concretarlo. Hay 4 preguntas clave que te pueden servir, y que para mí son indispensables, a la hora de diseñar cualquier meta en tu vida. 

¿Y por qué son tan importantes? Porque aportan claridad sobre el tema, el estado de las cosas y aportan luz para ver el camino a lograrlo. Si bien hay muchas más, hoy las resumimos en 4. Veamos una a una cada pregunta.

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    1- ¿Dónde estás parad@ ahora?

    Tomate un tiempo para sentarte y escribir dónde estás hoy exactamente en cada área de tu vida y, especialmente, en esa en la que tenés la meta a concretar. Antes de empezar a diseñar un plan, es importante que pienses desde dónde estás partiendo y cómo te sentís hoy ahí. Porque no podés ir a ningún largo sin saber y tener súper claro dónde estás. Así como para viajar a España en avión, primero tenés que saber desde dónde vas a partir para poder comprar el pasaje, lo mismo sucede con cualquier punto al que quieras llegar en tu vida. 

    Te recomiendo responder esto de forma honesta, porque si te hacés trampa a vos mism@ no vas a tener claridad sobre el camino para concretar tu meta. Y en este punto quiero detenerme un poco más porque, en general, cuando una persona quiere salir de un lugar para llegar a otro, lo hace por alguno de estos dos motivos: 

    a- Quiere salir del lugar donde está hoy (aunque se sienta bien y cómoda) para ir hacia otro más placentero, motivacional o que cree que es mejor. Es decir, su foco está puesto en la línea de llegada.

    b- Quiere irse de donde está porque le resulta un lugar de dolor o incomodidad y, por lo tanto, desea retirarse. Aquí, su foco está en la línea de partida, de donde quiere huir.

    Cuando respondas esta pregunta número 1, entonces, es bueno ser honest@ y pensar en este lugar en el que estás hoy. ¿Estás escapando de un sitio que ya te incomoda o estás enfocad@ en crecer? Cualquiera sea tu respuesta, es válida. Tener claridad sobre esto te permitirá construir un camino más honesto y certero hacia tu meta.

    2- ¿Adónde querés llegar?

    Una vez que sepas dónde estás, preguntate adónde querés llegar. Para eso, siempre digo que es bueno marcar tu GRAN META pero también establecer paradas en el camino. Pequeños pasos que te ayuden a llegar a tu objetivo final. 

    Por otro lado, es importante que el lugar adonde querés ir te ayude a expandirte. En lugar de ponerte obstáculos (“No puedo esto” o “es difícil llegar a aquello”), ¡ayudate! Te recomiendo que repases este post en el que te cuento las 3 cosas a las que necesitás decirle NO para alcanzar tus metas

    En este momento, centrate en describir ese lugar al que querés llegar, sin importar el contexto, y hacelo de forma consciente, sumá todos los detalles que puedas. ¿Cómo te sentís ahí? ¿A qué huele? ¿Cómo es esa situación? ¿Qué colores ves? ¿Hay alguien más con vos? ¿Cómo te sentís? Escribí todo con lujo de detalles y en positivo, enfocate en lo que sí hay, lo que sí tenés y en la meta. 

    Te invitamos a que conozcos algunos de nuestros casos de éxitos

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    3- ¿Para qué querés esto?

    Esta tercera pregunta te va a ayudar a descubrir tu motor interno, que te moverá hacia tu meta. ¿Para qué querés esto que describiste en la pregunta 2? ¡ATENCIÓN! Respondé el para qué y no el por qué; esto te ayudará a que, en lugar de que te centres en simplemente describir la situación, pongas tu foco en aquello que querés crear. 

    Preguntarnos el para qué de algo siempre nos ayuda a encontrar el propósito. Con esta pregunta, te propongo ir bien profundo para encontrar tu verdadera motivación: frente a cada respuesta al para qué, volvé a preguntarlo. Te invito a que lo hagas varias veces. 

    A modo de ejemplo: supongamos que mi objetivo es ser la gerent@ de recursos humanos de una empresa. Entonces cuando me pregunto para qué quiero dirigir el área de recursos humanos, mi respuesta es: “para crecer profesionalmente y para ganar más plata”. A esa respuesta, le vuelvo a preguntar “¿para qué?” (“¿para qué quiero crecer profesionalmente y ganar más plata?”). Supongamos que mi respuesta es: “para estar más tranquila con las cuentas de la casa y para transmitir todo lo que sé “. Y así sucesivamente. Si bien hay una especie de regla que dice que en el séptimo “para qué” solemos encontrar ese GRAN propósito, te invito a que lo hagas las veces que sea necesario hasta que sientas con todo tu ser que encontraste tu GRAN PARA QUÉ. Creeme que no falla. Tomate tu tiempo aparte y en un ambiente relajado para poder hacer este ejercicio que, te aseguro, te sorprenderá. 

    Por lo general, esa última respuesta es todo un hallazgo para nosotr@s mismos. Ese GRAN PARA QUÉ se convertirá en tu motor interior, 100% tuyo, que te va a dar el empujón que necesitás para avanzar hacia tus metas.

    4 -¿Qué habilidades necesitás para alcanzar esa meta?

    En este punto, ya sabés adónde querés ir, desde qué lugar partís, y cuál es el GRAN propósito que te mueve. Llegó el turno de indagar en qué herramientas necesitás para lograr esa meta. Cuando respondas esto, ya vas a saber con qué contás y qué te falta para llegar, entonces vas a poder diseñar el trayecto.

    Volvamos a los ejemplos: si tu meta es tener una empresa multinacional que factura 10 millones de dólares al año, preguntate qué necesitás para concretarlo. Algunas posibles respuestas: saber inglés, tener un equipo de trabajo sólido en distintos lugares del mundo, adquirir oficinas, aprender sobre partnership para hacer alianzas estratégicas, instruirme en gestión y liderazgo, buscar inversores, posicionar a la empresa en medios, etc. Una vez que hayas hecho la lista, empezá a tildar las cosas que sí tenés. Las que no tengas, serán aquellas en las que tendrás que ponerte manos a la obra para conseguir, adquirir o aprender. 

    Estas 4 preguntas te permiten echar luz sobre tu meta, algo fundamental para lograr tus sueños porque siempre es mejor recorrer un camino iluminado que hacerlo a ciegas, en medio de la oscuridad. Cuando avanzamos a oscuras, podemos confundir el camino, tropezar con obstáculos que no vimos, y retrasarnos o desviarnos hasta, incluso, abandonar el trayecto debido, justamente, a todos estos inconvenientes. 

    Cuando iluminás, sabés para dónde ir, dónde hay piedras, cuándo se bifurca el camino. Y, como lo diseñaste antes de aventurarte a atravesarlo, conocés que más adelante viene un río para el que vas a precisar una canoa. Por supuesto que pueden aparecer imprevistos o cuestiones que no tenías mapeadas, sin embargo, al diseñar tu trayecto reducís al máximo las chances de que esto te desmotive, sobre todo porque conocés tu GRAN PARA QUÉ para sortear los imprevistos y convertirlos en oportunidades de crecimiento o aprendizaje. 

    Te invito a que te hagas estas preguntas para que puedas alcanzar tus metas o concretar proyectos personales o profesionales. Esto aplica a personas, grupos de trabajo, líderes y emprendedor@s. 

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